Nuestra lucha, en defensa
de la educación pública
Arturo Cano
Las escobas
batallan, sin mucho éxito, por sacar el agua que la pertinaz lluvia vespertina
mete entre los pasillos de su campamento en el Zócalo. Igual que con el
aguacero, en materia de opinión pública los maestros no han sentido lo duro
sino lo tupido. Entendemos la molestia de la ciudadanía, dice Juan José Ortega
Madrigal, secretario general de la sección sindical 18 (democrática) de
Michoacán. Se encoge de hombros como quien está a punto de recibir jitomatazos,
pero se repone enseguida: Pedimos a los ciudadanos de la capital del país que
no pierdan de vista una cosa: esta no es una lucha por aumento salarial ni por
más días de aguinaldo, es una lucha en defensa de la educación pública. Esta
lucha es también por ustedes y por sus hijos. Y surgió, además, porque se
negaron a escucharnos.
Ortega
Madrigal egresó hace 30 años de la Escuela Normal Urbana de Tepic, Nayarit.
Casi toda su vida laboral ha trabajado en escuelas multigrado en zonas rurales
del municipio de Apatzingán.
En estos
días ha formado parte del grupo de dirigentes de la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE) que negocia con el gobierno federal y el
Congreso. La mañana de este lunes estuvo en el Senado. Da unas pinceladas de la
breve reunión con los senadores: “Emilio Gamboa dejó correr la reunión y se
concretó a decir ‘los vamos a atender’”.
Manuel
Bartlett (PT) y Jorge Luis Preciado (PAN) nos dijeron, palabras más o menos,
que si se ponen por delante el beneficio de los niños y los derechos de los
trabajadores de la educación, ello sería parte importante de esta discusión.
Luego, va al
contexto. Recuerda que después de muchas deliberaciones la CNTE formuló su
propuesta y la puso en papel con el título Hacia la educación que necesitamos
los mexicanos.
Con esa
propuesta en mano, la CNTE abrió el diálogo con la Secretaría de Gobernación y
buscó también un espacio para el intercambio con la Secretaría de Educación
Pública, que nos fue negado.
En mayo, el
documento fue entregado a la cúpula del Pacto por México. Ahí desnudamos el
hecho de que el Poder Legislativo está secuestrado por un organismo que no
tiene fundamento legal alguno, por un pacto de la clase política electorera.
Durante todo
julio, sostiene Ortega, la CNTE transitó en los marcos institucionales. Dimos
la oportunidad de que se abriera un diálogo con las autoridades educativas, con
el resto del gobierno y con el Pacto por México. Pero nos negaron esa
oportunidad.
–¿Los
engañaron?
–No fue un
engaño, porque sabíamos lo que podía ocurrir y aun así aceptamos caminar en los
terrenos de la civilidad. La prueba de que no había interés en escucharnos la
tuvimos cuando los legisladores nos dijeron que ellos no conocían ninguna de
las propuestas que entregamos al Pacto por México.
El gobierno
quería el desgaste de la CNTE
–Al parecer
el gobierno no midió la capacidad de respuesta de la coordinadora.
–El gobierno
apostó al desgaste de la CNTE, a que el cansancio nos iba a llevar a retirarnos
del Distrito Federal. Quizá en sus cálculos estuvo también que el desgaste
impediría al magisterio sumarse a la lucha contra la privatización del petróleo
y su proyecto de gravar con el impuesto al valor agregado (IVA) medicinas y
alimentos. Pero el desgaste no nos va a impedir salir a las calles.
–Algunos
piensan que no llevar a votación la Ley del Servicio Profesional Docente es ya
un triunfo de ustedes.
–Nos
interesan las tres leyes, son un paquete, un todo. Y nos interesa que el
gobierno se comprometa a cubrir con recursos suficientes el área educativa,
porque tenemos un terrible rezago en infraestructura, equipo y en la planta de trabajadores
de la educación. Sin recursos, sin un nuevo modelo y sin seguridad laboral no
puede hablarse de una reforma educativa. No puede haberla si se impone la
política de la zanahoria y el garrote.
–En
Michoacán ustedes han puesto en práctica lo que llaman proyecto alternativo.
¿Cómo afrontan los casos de profesores que incumplen sus tareas?
Foto
Nos interesa
que el gobierno se comprometa a cubrir con recursos suficientes el área
educativa, porque tenemos un terrible rezago en infraestructura, equipo y en la
planta de trabajadores de la educación, sostiene Juan José Ortega Madrigal
Foto Ignacio
Juárez/ La Jornada Michoacán
–Tenemos,
ciertamente, a los mochila veloz, que llegan a la comunidad el martes y se van
el jueves. Ahí requerimos un proceso de formación para que todos los profesores
se comprometan. Pero también hay muchos maestros muy formales, que dedican su
tiempo libre a muchas tareas educativas y extracurriculares.
–El coro de
los medios, sobre todo electrónicos, dice que ustedes sólo quieren conservar
privilegios.
–En
Michoacán no apoyamos la herencia ni la compraventa de plazas. Tenemos un
proyecto político sindical que nos permite transitar sin esos vicios y sin corporativismo.
En este
punto, el dirigente describe los procedimientos escalafonarios que funcionan en
Michoacán y dice que se evalúan cinco renglones: antigüedad, preparación,
actualización, eficiencia y militancia sindical. A este último rubro se asigna
20 por ciento del total de los 4 mil puntos posibles. Nunca lo alcanza nadie,
porque ahí se califica también la participación en los cursos de formación, en
la toma de decisiones y el activismo.
Para
subrayar el hecho de que, al menos en su estado, se pone por encima el
desempeño escolar, Ortega dice que, durante el ciclo escolar pasado, la
asistencia a una marcha nacional sólo daba al maestro cuatro puntos de 4 mil
posibles. ¿A cuántas marchas tendríamos que venir para alcanzar el máximo?
El SNTE,
Elba Esther y Mexicanos Primero
–¿Cuál fue
el papel de la caída de Elba Esther Gordillo en la forma en que se ha
desarrollado este conflicto?
–Que su
aprehensión se convirtiese en un acto de justicia pasaba, primero, por la
convocatoria a congresos seccionales democráticos y luego a un congreso
nacional donde se eligiera libre y democráticamente a una nueva dirección. Por
eso decimos que se trató de una venganza política. El gobierno optó por dejar a
Juan Díaz de la Torre con la amenaza de la cárcel para él también. De ahí que
sea un líder sin ninguna posibilidad de inconformarse.
–¿Esa
debilidad favorece a la CNTE?
–No, porque
nosotros también formamos parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE). Si Díaz de la Torre promoviera una jornada de lucha em favor
de la educación pública el escenario sería diferente.
A falta de
ese factor, sostiene Ortega, la responsabilidad de la CNTE es que las leyes
respondan a lo que plantearon los sectores que participaron en los foros, sobre
la base de tres ejes: 1) que queden claramente fuera las tentaciones de
privatizar la educación, sobre el principio de que la educación es un derecho y
no un servicio; 2) que siente las bases para un modelo educativo innovador que
forme individuos cultos y libres; y 3) que se mantenga la relación bilateral
entre el patrón y el trabajador.
Los logros
del magisterio democrático en Michoacán
Cuidadoso,
Ortega evita criticar a otros contingentes de la CNTE. Define por contraste: en
algunos momentos, las tácticas de la coordinadora nos han llevado a
distanciarnos de los padres de familia y los alumnos. Me gustaría que se viera
lo que hemos avanzado en ese sentido, en materia educativa y social, en
Michoacán.
Gracias a la
lucha y la gestión del magisterio, asegura, se ha logrado la entrega de
uniformes en 50 de los 113 municipios; de calzado en 30 y de útiles escolares
en la totalidad del estado. Igualmente, existen programas de desayunos
escolares y uno nuevo para alejar la comida chatarra de las escuelas. Con todo
ello se busca erradicar el ausentismo y la deserción, y en esos indicadores
hemos avanzado
Esos logros,
juzga, están lejos del foco de los más rudos enemigos de la CNTE.
–¿Cómo vio
el desplegado de Mexicanos Primero?
–Bueno, los
mercenarios que trabajan para grandes empresarios que quieren hacer negocio con
la educación pública están nerviosos porque ven que al gobierno federal le está
temblando la mano.
–Tienen sus
argumentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario