TIC y educación
Por Alberto Serdán.
Se han llevado a cabo sendos eventos que
hacen la delicia de quienes gustan de la tecnología, los gadgets y su uso en la
vida cotidiana para construir conocimiento, apuntalar causas sociales, hacer un
mejor uso del tiempo, en fin. #AldeaDigital en el Zócalo y #TechCamp en la UNAM
han sido nodos de conversación sobre el presente y futuro de las tecnologías de
la información y la comunicación (TIC). En ambos espacios se remarcó su
importancia y potencialidad para la educación. ¿Qué hizo el gobierno federal al
respecto en los últimos dos sexenios?
Las tecnologías importan, el gobierno lo sabe
y gasta mucho dinero en ello. Pero es tanto el dinero involucrado, que debe
gastarse bien. En los sexenios de Fox y Calderón cinco programas concentraron
los recursos para el fomento de las tecnologías en la educación: Enciclomedia,
Habilidades Digitales para Todos, Aulas Telemáticas en Primaria, el Fondo para
el Mejoramiento de las Tecnologías Educativas y el Proyecto “Apoyo de
Tecnologías Educativas y de la Información para Maestros de Educación Básica”.
Todos ellos sumaron 38 mil 427 millones 910 mil 182 pesos.
Enciclomedia se propuso vincular los
contenidos de los libros de texto gratuito y diversos recursos multimedia para
apoyar a los docentes. Buscó equipar a 125 mil aulas de 5º y 6º de primaria con
pizarrones electrónicos. En sus ocho años de existencia, el programa tuvo un
presupuesto de 23 mil 955 millones de pesos. Al fiscalizar la Cuenta Pública
2009, la Auditoría Superior de la Federación, órgano de fiscalización del
Estado mexicano, detectó que:
La Capacitación sigue siendo la principal
área de oportunidad detectada tanto por profesores como por Directores, pues en
la actualidad se considera que el Programa Enciclomedia se subutiliza por la
falta de conocimiento y desarrollo de habilidades técnicas.
[…] El Gobierno Federal ejerció en 2009 un
importe de 4,786,029.5 miles de pesos en el Programa E001 Enciclomedia 5° y 6°
Año de Primaria sin demostrar una mejora sustentable en la calidad de la
educación primaria.
A las irregularidades se sumaron el robo de
equipo, la falta de controles para saber si se entregó, si funciona, si
requiere reparaciones. El resultado: equipos arrumbados y un desconocido
impacto educativo correspondiente a los cuantiosos recursos destinados.
En 2008 se lanzó Habilidades Digitales para
Todos (HDT) a fin de dotar de laptops y conexión a internet a 320 mil aulas de
secundaria. Para 2011 se habían presupuestado 6 mil 495 millones de pesos en
tres años y la Auditoría en sus informes de las Cuentas 2009, 2010 y 2011
señaló que debían regresarse o aclararse por malos manejos el 63% de los
recursos presupuestados, es decir, 4 mil 068 millones de pesos.
El Proyecto “Apoyo de Tecnologías Educativas
y de la Información para Maestros de Educación Básica” fue producto de la
negociación con el Sindicato al que se destinaron mil 692 millones de pesos en
estos dos sexenios para distribuir 260
mil computadoras entre los maestros afines a los líderes del SNTE, una quinta
parte de los maestros en educación básica. No existe evidencia concreta del
impacto de este programa en el logro en el aprendizaje de los niños. Peor aún,
en la revisión de la Cuenta Pública 2010 la Auditoría señaló que el 95.5% de los recursos ejercidos
para este proyecto debían regresarse o aclararse debido a irregularidades como
la opacidad en la selección de los beneficiarios, inexistencia de evidencia de
la entrega del equipo, falta de expedientes y de pago.
El Programa Aulas Telemáticas en Primaria
sustituyó a Enciclomedia y recibió un presupuesto por 3 mil 175 millones de
pesos en 2012. Hay que esperar hasta dentro de dos años para que la Auditoría
nos ilustre sobre el uso de esos recursos aunque las cancelaciones en ese año a
las licitaciones para comprar el equipo hacen suponer que tal dinero
simplemente no se ejerció.
Finalmente, sobre el Fondo para el
Mejoramiento de las Tecnologías Educativas que entre 2008 y 2010 recibió mil
311 millones de pesos, simplemente no hay datos sobre su uso o impacto por
parte de la Auditoría.
Si las TIC son tan vitales para la educación,
la calidad en el diseño, la implementación y la evaluación de los programas
gubernamentales sí importan. De otro modo será una pérdida masiva de dinero.
Así, a la par de la formación en competencias digitales a los profesores, se
requiere de un uso mucho más eficiente y transparente de los recursos a los
programas destinados al impulso de las TIC en la educación.
No basta con entregar recursos y regalar
computadoras, deben mejorarse el diseño y planeación de los programas, debe
fomentarse la participación de profesores y padres de familia para identificar
sus necesidades y precisar el tipo de apoyo tecnológico que requieren, deben
establecerse con claridad las metas y objetivos educativos que se proponen
alcanzar.
Debe mejorarse la implementación, que limite
los espacios de corrupción, que sea eficiente y equitativa la distribución de
los recursos económicos y tecnológicos, que monitoree el avance en el
cumplimiento de los objetivos educativos, que ofrezca acompañamiento efectivo a
los profesores para que aprovechen al máximo el potencial de las herramientas
tecnológicas.
Es indispensable que mejoren la evaluación y
el control de estas políticas. El gobierno y la sociedad debemos tener la
certeza de que la inversión en tecnología tiene un impacto en el aprendizaje de
los niños y en el ejercicio de su derecho a aprender, fin último y centro de
toda política educativa.
En sí, la inversión en tecnología debe
evaluarse a la luz de otras alternativas que mejoren el aprendizaje de los
niños. Por ejemplo, en las telesecundarias, la revolución se está dando en las
prácticas docentes y no en las tecnologías. Con el 0.8% del presupuesto para
los programas tecnológicos mencionados, en tan sólo dos años las
telesecundarias que empezaron a usar la metodología de la relación tutora, como
se menciona en el post “Hacer la diferencia en educación” (Animal Político,
30/I/2013), “tenían en 2009 una brecha de 5.4 puntos porcentuales en los
resultados de Español en secundaria respecto del resto de las escuelas. Dos
años después, revirtió el resultado y estas escuelas tienen logros por encima
del resto de las secundarias. En el rubro “bueno” y “excelente” en Matemáticas,
estas escuelas pasaron del último al primer lugar en tan sólo dos años”.
Las tecnologías son una herramienta. Muy
importante y poderosa, pero herramienta al fin y al cabo. Si no sirven al
propósito del logro de aprendizaje de los niños, no serán más que un fetiche
muy caro para los contribuyentes.
Como ha identificado la investigadora Rebeca
Garzón Clemente en un estudio sobre las actitudes de los profesores
chiapanecos, “los maestros valoran
positivamente el uso de las TIC en sus aulas, por lo que han atendido a su
capacitación en la materia. Sin embargo se observa que no se ha encontrado la
manera de que estas competencias no se queden en el plano técnico de la
instrumentación (saber utilizar una herramienta), sino que debe atenderse la
necesidad de formación para su uso didáctico y pedagógico. Se puede afirmar que
los profesores están alfabetizados digitalmente, pues existe el conocimiento,
la disposición, el uso de las TIC en la vida cotidiana y profesional; sin
embargo es la institución la que debe trabajar en el replanteamiento de sus
propios procesos de aprendizaje, la visión de inclusión efectiva de las TIC en
el currículum y una formación de su planta docente para la generación de
conocimiento”.
Si queremos que los beneficios de las
tecnologías impacten en las aulas y mejoren el aprendizaje de los niños, no
perdamos de vista que es fundamental el correcto diseño, planeación,
implementación, evaluación y control que asegure un uso eficiente, eficaz,
económico, honrado y transparente de los recursos en los programas que impulsen
el uso de las TIC en la educación. Por lo pronto, para que lo de Elba Esther no
sea un simple “quinazo”, no estaría mal llamar a cuentas a los responsables del
desastre y que devuelvan el dinero. Publicó Animal Político.
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