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lunes, 7 de diciembre de 2009

Arredondo para gobernador, 56 periódicos por salvar el clima, Arredondo no le cree a la UV, Ernesto Callejas y sus intereses...






Destapa PRD a Víctor Arredondo para la gubernatura


Para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el titular de la SEV, Víctor Arredondo Álvarez, sería un excelente candidato a gobernador en 2010, porque es un hombre que ha demostrado capacidad de trabajo, no ha estado muy ligado al PRI, y los conocimientos que tienen en materia educativa coadyuvarían a que Veracruz se supere y logre abatir los altos niveles de pobreza y marginación que por generaciones lo han mantenido estancado, expresó el diputado perredista Fredy Ayala González
Xalapa - 2009-12-06 14:31:12 - Máxima García / AGENCIA IMAGEN DEL GOLFO




 
La cumbre de Copenhague
ARTÍCULO CONJUNTO DE 56 PERIÓDICOS DE 45 PAÍSES
Frente a una grave emergencia

07/12/2009

Hoy, 56 periódicos en 45 países han decidido dar el paso sin precedentes de hablar con una sola voz a través de un editorial común. Lo hacemos porque la humanidad se enfrenta a una grave emergencia.
Última ocasión para salvar el clima
"Una movilización política sin precedentes contra el cambio climático"
Cambio climático
A FONDO
Si no nos unimos para emprender acciones decisivas, el cambio climático causará estragos en nuestro planeta y, con él, en nuestra prosperidad y nuestra seguridad. Los peligros son evidentes desde hace una generación. Ahora, los hechos han empezado a hablar por sí solos: 11 de los últimos 14 años han sido los más calientes que se registran, el casquete polar del Ártico está derritiéndose y la increíble subida de los precios del petróleo y los alimentos el año pasado nos ofrece un anticipo del caos que se avecina. En las publicaciones científicas, la cuestión ya no es si la culpa es de los seres humanos, sino cuánto tiempo nos queda para limitar los daños. Y, sin embargo, hasta ahora, la respuesta del mundo ha sido débil y desganada.

El cambio climático se ha ido produciendo durante siglos, tiene consecuencias que persistirán para siempre y nuestras perspectivas de controlarlo se van a decidir en los próximos 14 días. Pedimos a los representantes de los 192 países reunidos en Copenhague que no vacilen, que no caigan en disputas, que no se echen las culpas unos a otros, sino que aprovechen la oportunidad surgida del mayor fracaso político contemporáneo. Ésta no debe ser una lucha entre el mundo rico y el mundo pobre, ni entre el Este y Occidente. El cambio climático afecta a todos, y todos deben resolverlo.

La base científica es compleja pero los datos están claros. El mundo necesita tomar medidas para limitar el ascenso de la temperatura a 2 grados centígrados, un objetivo para el que será preciso que las emisiones mundiales alcancen su tope y empiecen a disminuir entre los próximos cinco y 10 años. Una subida mayor, de 3 o 4 grados centígrados -el mínimo aumento que, siendo prudentes, podemos prever si no se hace nada-, secaría los continentes y convertiría tierras de cultivo en desiertos. Podría extinguirse la mitad de todas las especies, millones de personas se verían desplazadas y el mar inundaría países enteros.

Son pocos los que creen que, a estas alturas, pueda salir de Copenhague un tratado perfectamente definido; sólo fue posible empezar a avanzar verdaderamente en esa dirección con la llegada del presidente Obama a la Casa Blanca y el cambio total en la política de obstruccionismo que Estados Unidos mantenía desde hace años. Y el mundo sigue estando a merced de la política interior norteamericana, porque el presidente no puede comprometerse por completo a emprender las acciones necesarias hasta que el Congreso lo autorice.

Pese a ello, los políticos, en Copenhague, pueden y deben ponerse de acuerdo en los elementos esenciales de un acuerdo justo y eficaz y, sobre todo, en un calendario firme para que ese acuerdo se convierta en tratado. Deberían imponerse como plazo la reunión de la ONU sobre el clima que se celebrará el próximo mes de junio en Bonn. Como dice un negociador: "Podemos ir a la prórroga, pero no podemos permitirnos el lujo de volver a jugar el partido".

El núcleo del acuerdo debe ser un pacto entre los países ricos y los países en vías de desarrollo que aborde cómo se va a repartir la carga de luchar contra el cambio climático y cómo vamos a compartir algo que ahora es muy valioso: el billón aproximado de toneladas de carbono que podemos emitir antes de que el mercurio ascienda a niveles peligrosos.

Las naciones ricas son aficionadas a señalar la verdad aritmética de que no puede haber solución hasta que algunos gigantes en vías de desarrollo como China tomen medidas más radicales que hasta ahora. Pero el mundo rico es responsable de la mayor parte del carbono acumulado en la atmósfera, tres cuartos del dióxido de carbono emitido desde 1850. Ahora tiene el deber de tomar la iniciativa, y cada país desarrollado debe comprometerse a serias reducciones que disminuyan sus emisiones a un nivel muy inferior al de 1990 de aquí a 10 años.

Los países en vías de desarrollo pueden destacar que no son ellos los causantes del grueso del problema y que las regiones más pobres del mundo van a ser las más afectadas. Pero van a contribuir cada vez más al calentamiento y, por consiguiente, también ellos deben comprometerse a emprender acciones significativas y cuantificables. Aunque no han llegado a lo que algunos esperaban, los recientes compromisos de los dos mayores contaminantes del mundo, Estados Unidos y China, han sido pasos importantes en la debida dirección.

La justicia social exige que el mundo industrializado rebusque en su cartera y se comprometa a dar dinero para ayudar a los países más pobres a adaptarse al cambio climático y a suministrarles tecnologías limpias que les permitan tener un crecimiento económico sin aumentar sus emisiones. También es preciso fijar la arquitectura de un futuro tratado, con una rigurosa vigilancia multilateral, recompensas justas a cambio de la protección de los bosques y la evaluación creíble de la "exportación de emisiones" para que la carga acabe repartiéndose de forma más equitativa entre quienes fabrican productos contaminantes y quienes los consumen. Y la justicia exige también que la carga que corresponda a cada país desarrollado tenga en cuenta su capacidad de soportarla; por ejemplo, los miembros más nuevos de la UE, a menudo, mucho más pobres que "la vieja Europa", no deben sufrir más que sus socios más ricos.

La transformación será cara, pero mucho menor que la factura de rescatar al sector financiero mundial, y mucho menos costosa que las consecuencias de no hacer nada.

Muchos de nosotros, sobre todo en los países desarrollados, tendremos que cambiar nuestro estilo de vida. La era de los vuelos que cuestan menos que el trayecto en taxi al aeropuerto se acerca a su fin. Tendremos que comprar, comer y viajar de forma más inteligente. Tendremos que pagar más por nuestra energía y utilizarla menos.

Pero el paso a una sociedad que emita poco carbono ofrece la perspectiva de más oportunidades que sacrificios. Ya hay algunos países que han reconocido que hacer esa transformación puede aportar crecimiento, puestos de trabajo y mejor calidad de vida. El flujo de capitales es un dato significativo: el año pasado, por primera vez, se invirtió más en formas renovables de energía que en producir electricidad a partir de combustibles fósiles.

Para librarnos de nuestra adicción al carbono en sólo unas décadas serán necesarias proezas de ingeniería e innovación comparables a las más grandes de nuestra historia. Pero, mientras que la llegada del hombre a la Luna o la división del átomo surgieron del conflicto y la rivalidad, la carrera del carbono debe nacer de un esfuerzo de colaboración para lograr la salvación colectiva.

La victoria sobre el cambio climático exigirá un triunfo del optimismo sobre el pesimismo, de la visión de futuro sobre la estrechez de miras, de lo que Abraham Lincoln llamó "los ángeles buenos de nuestra naturaleza".

Ése es el ánimo con el que periódicos de todo el mundo hemos firmado conjuntamente este editorial. Si nosotros, con puntos de vista nacionales y políticos tan diferentes, podemos ponernos de acuerdo sobre lo que hay que hacer, seguro que nuestros dirigentes también son capaces de hacerlo.

Los políticos presentes en Copenhague tienen el poder de determinar cómo nos juzgará la historia: una generación que vio un reto y le hizo frente, o una tan estúpida que vio el desastre pero no hizo nada para evitarlo. Les rogamos que tomen la decisión acertada.

Este artículo lo suscriben los siguientes periódicos: Süddeutsche Zeitung (Alemania), Gazeta Wyborcza (Polonia), Der Standard (Austria), Delo (Eslovenia), Vecer (Eslovenia) Zimbabue Botsuana (Suráfrica) (Suráfrica), Dagbladet Information (Dinamarca), Politiken (Dinamarca), Dagbladet (Noruega), The Guardian (Reino Unido), Le Monde (Francia), Libération (Francia), La Repubblica (Italia), EL PAÍS (España), De Volkskrant (Holanda), Kathimerini (Grecia), Publico (Portugal), Hurriyet (Turquía), Novaya Gazeta (Rusia), Irish Times (Irlanda), Le Temps (Suiza), Economic Observer (China), Southern Metropolitan (China), CommonWealth Magazine (Taiwan), Joongang Ilbo (Corea del Sur), Tuoitre (Vietnam), Brunei Times (Brunei), Jakarta Globe (Indonesia), Cambodia Daily (Camboya), The Hindu (India), The Daily Star (Bangladesh), The News (Pakistán), The Daily Times (Pakistán), Gulf News (Dubai), An Nahar (Líbano), Arabic Gulf Times (Qatar), Maariv (Israel), The Star (Kenia), Daily Monitor (Uganda), The New Vision (Uganda), Zimbabwe Independent (Zimbabue), The New Times (Ruanda), The Citizen (Tanzania), Al Shorouk (Egipto), Botswana Guardian (Botsuana), Mail & Guardian (Suráfrica), Business Day (Suráfrica), Cape Argus (Suráfrica),Toronto Star (Canadá), Miami Herald (EE UU), El Nuevo Herald (EE UU), Jamaica Observer (Jamaica), La Brújula Semanal (Nicaragua), El Universal (México), Zero Hora (Brasil), Diario Catarinense (Brasil), Diaro Clarín (Argentina).





Al Calor político.
Joaquín Rosas


Garcimarrero:
¡POL FIN! Bajo la concha del almalillo la "Foton" china halá tlactoles malca "Filelilá"

SEV NO CREE EN LA CALIDAD DE LA UV

ALGO MUY EXTRAÑO está pasando en el sector educativo de Veracruz, a menos que a la Universidad Veracruzana la persiga aquella maldición de: “se busca profesionista que no sea egresado de la UV”, porque en el fondo, ese parece ser el trato que le está dando nada menos que la Secretaría de Educación de Veracruz, cuyo titular es, claro, el ex rector de la UV, Víctor Arredondo Álvarez, a quien alguien le está comiendo el mandado allá adentro porque resulta que a partir del año próximo, todos aquellos profesores de inglés que impartan clases en escuelas de Educación Media Superior, o séanse los bachilleratos, deberán certificar sus conocimientos ante una institución seria que les extienda el papelito en el que conste que dominan el idioma de William Shakespeare y para ello, en días pasados hubo una reunión de “teachers” de todo el estado, donde se les anunció que a partir de 2010, todos tendrán que presentarse a evaluación con personal del Trinity College, que ya anda por tierras veracruzanas, con la oferta de que el primer examen será totalmente gratuito, pero quienes reprueben (o séase como el 98 por ciento) tendrán que cubrir el costo de los “extraordinarios”.

POR SUPUESTO, AQUÍ hemos pugnado “since many years ago”, que en secundaria y prepa haya profesores que no sólo mastiquen inglés sino que sean capaces de entablar una conversación con nuestros primos del norte, porque la mayoría no pasa de: teibol, fader, windows and pollito chiquen y por esto, la iniciativa certificadora la consideramos excelente, con la salvedad de que en la Universidad Veracruzana que comanda el ahora internacional Raúl Arias Lovillo, vinieron cultivando por años, con la asesoría directísima de la Cambridge University, conseguida por Arredondo (si la memoria no nos falla), con tanta dedicación que la UV creó el EXAVER, un examen de certificación de inglés, con vigencia en todo el país, con el reconocimiento de la Secretaría de Educación Pública, al que uno puede acceder fácilmente a través del sitio www.uv.mx y comprobar que ahí está la oferta de ese servicio, luego entonces: ¿Por qué no le otorga la SEV a la UV el contrato certificador?. Es obvio que para que podamos creer en la calidad de nuestra Universidad tenemos que empezar por otorgarle el beneficio de la duda porque de lo contrario, lo que existe es una descalificación automática a sus servicios.

Garcimarrero:
¿¡SANCIÓN a partir del segundo aborto!? ¿Y si son cuates?.

CALLEJAS: SU “LEALTAD INSTITUCIONAL”

EL PRI COMENZÓ a debilitarse después del movimiento estudiantil de 1968 cuando los mexicanos, sobre todo los jóvenes con preparación académica, comenzaron a cuestionar el statu quo del sistema político que se había cimentado en el discurso del triunfo de la revolución mexicana, cuyos próceres sacudieron el yugo del porfiriato y en razón de ellos, todos los gobiernos postrevolucionarios estaban al lado de las causas justas del pueblo y, el centinela y garante de esos derechos era el Partido Revolucionario Institucional, heredero “legítimo” e incuestionado de la revolución, de modo que cualquiera otra ideología era contraria a los intereses nacionales, empezando por el Partido de Acción Nacional (PAN) que representaba a la oligarquía, al oscurantismo, al clero manipulador y, los partidos de izquierda, en aquel tiempo el Partido Popular Socialista, el Partido Comunista, de rojillos que comían bebés, eran “enemigos” a muerte de quienes se dijeran nacionalistas y que amaran a México. Por ello nos costó muchos años a los mexicanos percibir que el PRI no estaba cumpliendo los ideales de redimir a los pobres de México y que sólo se había apropiado de los principios revolucionarios para perpetuarse y repartirse los beneficios del poder.

EN ESE CONTEXTO, ES explicable que el PRI aglutinara a todas las organizaciones que, en aquellos tiempos se dijeran revolucionarias y se generó el corporativismo de una manera casi natural, de modo que todas las grandes organizaciones se afiliaban a ese partido, hasta que años recientes comenzó a ser combatido el corporativismo, una de cuyas bases era nada menos que el magisterio nacional que poco a poco se ha venido desprendiendo, hasta llegar a lo que ahora logró Elba Esther Gordillo, al crear su propio partido, el Nueva Alianza (PANAL) que en Veracruz dirige el hijo del secretario general del SNTE, Ulises Ochoa Valdivia, razón por la cual, uno de sus mejores activistas es el dirigente de la Sección 56 del SNTE, Ernesto Callejas Briones, quien acaba de publicar un pronunciamiento que le favorece, firmado por decenas de profesores que avalan su gestión en todos sus aspectos y además, afirman que ha sido calumniado por los medios de comunicación. Por supuesto, el dirigente es ahora uno de los más críticos de las autoridades educativas estatales y se constituye en el más acabado ejemplo del fin del corporativismo priísta, porque su corazón ya tiene otro color.
(Fragmento)

Continuaremos el otro lunes.... a fuego lento
Xalapa, Veracruz-México 2009

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