Conacyt: corresponde a institución de adscripción retiro de
investigadores
Emir Olivares Alonso
La estrategia para impulsar el retiro de
trabajadores que ya cuentan con la edad para ello y que forman parte de la
planta académica y de investigación corresponde básicamente a las instituciones
de adscripción de cada investigador, señaló el Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (Conacyt).
Al fijar la postura institucional en torno al
problema de la baja jubilación de la planta nacional docente y de
investigadores, debido, sobre todo, a la merma en sus ingresos mensuales, el
organismo gubernamental detalló que ante la heterogeneidad del sistema no se
puede generar una estrategia única desde el Sistema Nacional de Investigadores
(SNI) para fomentar el retiro, porque lo que puede ser aplicable, requerido y
conveniente para (los académicos de) una institución, puede no serlo para los
de otras.
Inclusive, agregó, si se tomaran medidas
desde el SNI para favorecer la jubilación que podrían impulsar el retiro en
algunas universidades y centros de investigación, al mismo tiempo podría
inhibirlo en otros.
El lunes pasado, La Jornada publicó que una
investigación, realizada por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico
(FCCT), asienta que la jubilación entre la planta académica de universidades y
centros de investigación públicos se ve detenida por la disminución de ingresos
que recibirían al optar por el retiro.
El análisis –que muestra la posición de
integrantes del SNI mayores de 60 años– revela que, en promedio, 90 por ciento
de los consultados percibe el retiro como una amenaza a su nivel de vida.
Sin embargo, un alto porcentaje considera que
si pudieran conservar los incentivos económicos que reciben, así como el seguro
médico privado, muchos decidirían poner fin a su labor para dar paso a las
nuevas generaciones, y propone que además de un programa nacional, cada
institución eche a andar sus propios modelos para solucionar la problemática.
Al respecto, el Conacyt señaló que a la fecha
todo el personal adscrito al SNI en la categoría de Investigador Nacional
Emérito (mayor de 65 años, que ha conservado durante 15 años consecutivos el
nivel III, entre otros requisitos) recibe la distinción en forma vitalicia. De
modo que el efecto del estímulo económico de ese sistema no es significativo en
la decisión de jubilarse o no.
Existen alrededor de 250 mil académicos en
todas las instituciones públicas de educación superior del país, de los cuales
alrededor de 20 mil son miembros del SNI, y de éstos, menos de 750 tienen 70
años o más. Cualquier cosa que el SNI haga por fomentar la jubilación de 750
personas no resuelve el problema de las otras más de 249 mil.
En un documento que responde a una solicitud
de este diario para conocer la posición en torno al tema, el organismo subrayó
que la problemática “varía significativamente de institución a institución.
Es muy diferente una universidad pública
federal, que una pública estatal; es diferente en el subsistema universitario
que en el tecnológico. Aun en el interior de una misma universidad la situación
podría ser muy diferente para alguien que es miembro del SNI y alguien que no
lo es.
El Conacyt remarcó que el estudio del FCCT
apunta que son diversas las razones por las que el personal académico no se
jubila.
Si el profesor encuentra en su institución
las condiciones adecuadas para seguir siendo productivo en investigación, por
ejemplo, difícilmente piensa en el retiro; en contraste, el personal que tiene
que ofrecer un número excesivo de horas-clase frente a grupo busca pronto la
posibilidad de retiro, ambas condiciones dependen de las políticas
institucionales específicas. (La Jornada)
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